1.
A la edad de siete años, Uve escuchó a un par de señoritas, en la calle, o
donde sea, decir que el sexo era la cosa más rica que habían probado en la
vida. 2. Seis años más adelante, lo recordó y quiso probarlo. 3. Habló de ello
con su madre, y ésta, la consideró precoz; la llevó al psicólogo. 4. El
psicólogo tenía treinta años y atrajo los deseos sexuales de Uve. 5. El
psicólogo lo notó y recomendó a la madre llevarla con una amiga suya, psicólogo
también; se negó a seguir tratando a su hija. La madre se desalentó. Renunció a
llevar a Uve al médico. 6. A los quince años, Uve conoció a un chico y deseó
tanto enamorarse de él, que lo hizo. 7. A esta edad, los senos de Uve habían
crecido lo suficiente para que el chico aceptase ser su novio y amarla. El chico
tenía la misma edad que Uve y sus padres eran señores respetables, de buena
familia. 8. Los instintos del chico también se habían desarrollado, pero no
tanto; Uve acabó por violar a su novio, y se dijo: el sexo es la cosa más rica
que he probado en la vida… aunque dudaba; en el fondo sabía que debía haber
algo aún mejor. 9. Luego de cuatro años de relación, por fin se decidió a
probar a nuevos hombres y nuevos modos de hacer el amor. Fantaseaba
constantemente. Su novio ya no la satisfacía. 10. Cuando terminó con su novio,
su madre la riñó. Le dijo que era un buen chico y todo mundo se le fue encima y
la juzgaron por dejar un tesoro de hombre. 11. A Uve no le importó, ahora sabía
que ella pertenecía a otro tipo de mujer; se dispuso a hacer su voluntad a costa
de todo. 12. Se acostó con una serie de chicos, más o menos del mismo círculo
social. 13. Acabaron por llamarla puta. Más aún cuando se negaba a acostarse
con alguno excluido de dicho universo, o repetir con alguno del que haya
pesando: es malo en la cama. 14. Su reputación se extendía hasta los amigos de los amigos,
gente muy lejana, los últimos eslabones de la cadena de dichas sociedades; la
deseaban chicos que ni siquiera le habían mirado en persona, sólo por el hecho
de considerarla una mujer fácil. 15. La belleza de Uve era tal, sin embargo,
que no se creería de ella su facilidad para el sexo, y era tal, también, que
una vez probada no podía dejársele ir sin más, uno se volvía adicto a ella y a
su sexo, a pesar de la voluntad o intención de Uve. 16. Todos estos hombres
pertenecían a la misma generación que Uve, y ella, harta ya, pensó de ellos que
eran tontos por ser jóvenes (todos rondaban los veinte años), y se alejó de
ellos. 17. Buscó satisfacer sus necesidades fisiológicas en hombres mayores, y
fracasó. 18. Se hizo un book para conseguir un trabajo
de modelo. 19. Se acostó con el fotógrafo que le hizo las fotos. 20. Se acostó
con el promotor de modelos. 21. Se acostó con un hombre por dinero gracias a
una agencia de scorts donde acabó su búsqueda
de modelaje. 22. Se acostó con un productor de comerciales, de cincuenta años.
23. Los hombres mayores eran más solitarios. A esto lo llamaban madurez. Quizá
era cierto, aunque también era mentira. 24. Los hombres continuaban siendo
rastreros, posesivos, celosos, inmaduros. 25. Son niños en cuerpos de gente
adulta, pensó Uve, y se retiró de estas experiencias. 26. Concluyó un par de
cosas, a saber, que los hombres, sin importar la edad, son incapaces de
soportar la idea de una mujer libre, y no importa lo que ella haga, el problema
está fuera de ella, en los testículos de los hombres. 27. Su criterio para
seleccionar amantes se agudizó. 28. También, su necesidad de estar sola. 29. En
esta etapa de su vida Uve descubrió que era, sinceramente, una mujer solitaria.
30. Sus relaciones con hombres habían sido, hasta entonces, de carácter sexual;
jamás involucró sentimientos, excepto con un par, pero también la decepcionaron
en ello. 31. Uno de ellos no tuvo el valor de continuar la relación emocional,
de culminarla, porque arrastraba un pasado amoroso incierto y aunque decía amar
a Uve no la frecuentaba ni le dedicaba cariño. 32. Otro, le juraba amor y
estaba con ella, en el sentido físico, aunque Uve notaba la distancia al dormir
con él después de haberlo hecho, una distancia abismal entre sus almas, que le
hacía sentirse como un trozo de carne. 33. A los veintidós años, Uve comenzó a
leer a Proust. En él encontró un compañero. Se enamoró platónicamente del
autor. 34. Poco tiempo después, se dijo: voy a escribir, y escribió. También
Leyó a Joyce y a Lawrence Durrell. 35. Las historias de Uve eran de carácter
sexual, sobre sus propias experiencias, y no se atrevía a mostrarlas por temor
a ser juzgada una vez más. 36. Comenzó a rodearse de escritores. La invitaban a
fiestas, pero ella nunca confesaba escribir ni hablaba de literatura con ellos
porque la consideraban mujer, y por tanto, incapaz. 37.
En una de esas fiestas, conoció a P. 38. P. era un escritor alcohólico de
treinta años. 39. Se amaron en cuanto se vieron y se fueron a vivir juntos. 40.
P. arrastraba un pasado tan oscuro como el pasado de Uve, en lo tocante al
sexo. Se lo contaron todo el uno al otro. Sus ojos chispeaban. Se entendieron y
se enamoraron aún más. 41. Sus pasatiempos favoritos eran beber cerveza, follar,
leer y escribir. 42. Uve confesó por vez primera su sueño de escribir. P. le
animó a escribir. P. había publicado en revistas y libros; la contactó con
agentes editoriales que consiguieron para ella publicaciones menores en
revistas latinoamericanas. 43. Las historias de Uve estallaron al público.
Lejos de considerarla puta, la consideraron libre, poderosa, sensual y
convincente. 44. Recibió centenas de cartas de todos sitios halagando sus
letras y su belleza. Deseaban conocer a la autora. 45. Uve y P. reían y se
decían que alguna vez habrían de acostarse juntos con alguno de esos lectores o
lectoras. Sin embargo, no lo hacían porque se amaban y se satisfacían. Hacían
el amor en todos lados y de todos los modos posibles. 46. P. continuó
publicando en todos los medios que le aceptaban. 47. Uve no. Uve prefirió
guardarse en el anonimato. 48. Un día, P. cumplió cincuenta años y Uve cuarenta
y dos. 49. Uve enfermó gravemente. Nadie supo explicar de qué, ni por qué
(aunque se supo siempre que carecía de buenos pulmones). 50. P. entristeció,
pero no abandonó a Uve ni un solo día; le procuró y le cuidó hasta el día de su
muerte. 51. Cuando Uve murió, P. lloró durante doce horas seguidas. 52. La
enterró con sus propias manos, a las faldas de una colina, entre tierra fresca,
a la luz del medio día. 53. Luego, regresó a su casa y escribió el relato más
impactante de su vida. 54. No lo publicó. Lo guardó debajo de la cama, y cada
noche dormía sobre él. 55. Al levantar el colchón, descubrió que Uve había
guardado debajo un manuscrito. 56. Lo llevó al pedazo de tierra donde enterró a
Uve y allí lo leyó. 57. Era la novela más fascínate que había leído jamás. 58.
La mandó a los editores. 59. Era la novela más fascinante que los editores
habían leído jamás. 60. P. pudo entonces, suicidarse. Se emborracho y se ahogó
a propósito en una piscina. 61. Dejó una nota. Decía: Si no encuentro a Uve en el más allá, volveré para reencontrarla
en la Tierra. 62. Los editores
publicaron la novela de Uve, y la biografía de P. y se enriquecieron. Se
olvidaron de Uve y de P., aunque sus libros seguían vendiendo. 63. Nadie
conoció realmente a Uve ni a P. pero leían sus libros y los amaban, y se decían
que algún día serían como ellos, etc.; todas esas cosas a las que llamamos
fama, pero Uve y P. estaban muertos y ya no importaba.
domingo, 7 de septiembre de 2014
Historia de Uve.
Etiquetas:
Escritora: Verónica Pinciotti.
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Siempre certera con los hombres, y ese amor con P. siempre está en el aire que terminará siendo real!!
ResponderEliminarNo me gustó, pero se entiende.
ResponderEliminar"los hombres, sin importar la edad, son incapaces de soportar la idea de una mujer libre, y no importa lo que ella haga, el problema esta fuera de ella, en los testículos de los hombres"
ResponderEliminarNo sé cómo pude comentar esto con mi nombre....jajaja....pero fuí el primer anónimo q lo hizo!! slds Uve!!
EliminarFascinante y maravillosa historia, propia de algùn genio escondido en el consciente o insconciente de la autora. Que profundo tema y que singular forma de escribir. Que admiraciòn por la forma de relatar las vidas de Uve y P. en resumen: que gratificante poder haber leido esto. Gracias por el aporte y ojalà hayan otros tan enriquecedores como el presente. Feliz semana.
ResponderEliminarExcelente! muy bueno. Me encanto
ResponderEliminarComo lo demás, excelente relato. No hay forma de leerlo en pausas. Empiezas, sigues y terminas. Gracias.
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