Texto por: Aleqs Garrigóz.
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A la hora que se acentúa este dolor
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Es hora de hablar de mí,
del niño que se encontró un poema y
se perdió
en el laberinto de las
ensoñaciones:
¡mi anhelo se agranda en la noche!
A la hora que se acentúa este dolor
marcado en mi pecho como un reloj,
no duermo
por resguardar el tesoro del mañana
incierto
defendido por mí con lunas, dientes
y uñas fieras.
Me gasto el hoy asomado al pozo de los deseos,
Me gasto el hoy asomado al pozo de los deseos,
kamikaze aleccionado en sílabas de
sueño..
¿Qué voy a hacer cuando me
pregunten por mi heredad?
¿Con qué mentira o disculpa andaré
entre los hombres
que me vieron gritar y lanzarme al
aire como un cohete
y caer
si mi ala no roza siquiera el borde de una cumbre,
y caer
si mi ala no roza siquiera el borde de una cumbre,
si la rompe la tempestad de la
fortuna?
¡Mi sueño se ensancha en la noche y
ya no cabe en mí!
II
He dado las horas de la fiesta y
del descanso a la muerte anticipada,
para probarme las pesadas
vestiduras de terciopelo
y el encaje luctuoso, tan caro, de
lo que tal vez no seré jamás.
A pesar de todo el fragor de este
fuego que lame ya mis talones,
no renuncio a mi trapo impregnado
de éter
que me anestesia y disuelve las
pesadas burlas
con que intentan algunos lapidar mi
talento, sea éste cual sea.
¿Pero… por qué esta manera de
hablar…
si al comparar el pulso de mis
ansias
con las ansias erratas de otros hombres de palabras,
con las ansias erratas de otros hombres de palabras,
muchas, muchas veces las encuentro
tan pobres, tan nimias,
que corro velozmente en línea recta
hacia delante
a escupir una feroz y triunfal
carcajada?
Soy lo que quiero ser. Pero no
estoy seguro de ser feliz.
No lo sé. Se me agolpa la
incertidumbre en el cerebro,
hierven en mí los pensamientos como en olla de presión.
hierven en mí los pensamientos como en olla de presión.
(En verdad no sé si soy feliz…)
III
Pero soy otras cosas igualmente
exquisitas:
soy joven y groseramente hermoso y
todo un enfant terrible.
Soy un pino artificial y esbelto
que se ha colocado
por sí mismo la estrella
-coronación y guía para los que vendrán-.
Y ahora que siento un leve sol de
amanecer
-traído al mundo casi a la fuerza-
es hora de continuar siendo lo que he querido:
telegrafía de lo mudo y lo innombrable.
es hora de continuar siendo lo que he querido:
telegrafía de lo mudo y lo innombrable.
Piedra sobre el lomo me pongo a
trabajar.
Para mí no el amor abyecto que
enajena,
ni la celebración que nos distrae y
nos ahuyenta la idea.
Para mí el trabajo persistente y
fecundo de los que sueñan
y en los que se atreven a dejarse
soñar
en estas amuralladas ciudades de
chatarra.
Sueño una alta torre de memoria que
me nombre.
Y, piedra a piedra sobre el lomo,
voy construyendo otro peldaño.
Texto por: Aleqs Garrigóz.
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