Brenda y Rita eran amigas; nunca antes habían probado las drogas hasta
1996, cuando tenían catorce años. Lo hicieron, fumaron marihuana, y no
sintieron nada ni se asustaron ni se impactaron ni quedaron enganchadas como
solían decir todas las madres de todas las hijas que sucedía. Por supuesto,
porque es probado que la marihuana, y casi todas las drogas que se consumen a
los catorce años, no crean dependencia física. Sin embargo, esto es algo que
las madres no saben porque las madres no suelen saber algo, son ignorantes y
viven aterradas en sus propios infiernillos.
Cursaron el colegio de la mano con el vicio
de la marihuana y poco a poco experimentaron con otras drogas, ninguna derivada
del opio, verbigracia, consumieron cloruro de etilo, cocaína, la ya mencionada
marihuana, pastillas, pegamentos, y cosas así, del mundo menor de las drogas, o
lo que, expertos en estupefacientes, ni siquiera consideran droga.
Pero las madres de estas niñas estaban
vueltas locas. Las descubrieron porque llegaban a casa fatigadas, enclenques, y
a veces, risueñas o estúpidas. Se llamaron entre sí, la madre de Brenda
contactó a la madre de Rita. Mantuvieron el caso en secreto a sus esposos,
hombre que, de enterarse, sabe Dios de qué serían capaces. Consultaron a un
médico de colegio, quien aseguraba que las drogas pierden la mente de los
individuos y emprendía brigadas antidroga en todos los colegios que le abrían
las puertas y se encomendaba a Dios para salvar las más posibles almas
empobrecidas, desfavorecidas, atormentadas y perdidas; dejadas de la mano del
Señor, cautivadas por el Diablo, envilecidas por el demoniaco vicio y la
ambición de libertinaje desenfrenado y malévolo que carcome el alma desde
dentro para pudrir a jovencitas inocentes, puras y capaces, virtuosas y con
futuros espectaculares, llenos de luz y de paz por delante. De toda esa mierda
se llenó la cabeza de las madres de Brenda y de Rita y las pobres hijas
sufrieron la caza de un par de locas en busca de brujas.
El factor de enganche en las drogas menores
es el factor psicológico. Lo que engancha a la gente a consumir una droga que
no se necesita es el sentimiento de maldad, de prohibición, de rebeldía, de
contracultura, de chantaje. Es, precisamente, el factor que más fomentan las
madres y los brigadistas como el médico Suárez, el mismo que se unió a la caza
de Brenda y Rita junto a sus madres. Entre los tres orillaban a Brenda y a Rita
a creer que necesitaban consumir para escapar de la
realidad. No escapaban de a ningún lado, su realidad era, más sólida que nunca,
un mundo de consumo y colocón. Eran un par de niñas jugando a las adicciones.
Falsamente, eran un par de drogadictas. Se conceptualizaban a sí mismas como
adictas porque sus madres les trataban como adictas. Porque sus amigas más
mochas las tachaban de adictas. Porque no podían confesar sus vicios a ningún adulto
y casi a ningún joven de su edad. La sociedad las había creado. No hay prueba
médica que confirme una adicción real a ninguna de las drogas que consumían
éstas dos.
Las madres se aferraban a salvarlas y las
niñas se aferraban a no dejarse salvar, a hundirse más y más, a consumir, a
necesitar algo que no necesitaban excepto psicológicamente. Con el tiempo,
probaron nuevas drogas: aceites, LSD, éxtasis, cristales. Los alucinógenos
tampoco crean una dependencia fisiológica. Las madres estaban destruyendo a las
hijas, empujándolas a nuevas sustancias y a más libertinaje: comenzaron a salir
con hombres mayores, a acostarse con casi cualquiera que tuviese la suerte de
estar con ellas durante su consumo, o que estuviese dispuesto a pagar las
sustancias o a consumirlas amistosamente con ellas, o sencillamente les fuese
atractivo, aunque no viviese dentro de su mundo de seudodrogadicción.
A los dieciocho años ingresaron a la
universidad del Estado. Se convirtieron rápidamente en las Madres Superioras de
todos aquellos chicos y chicas que recién despertaban sus instintos de
rebeldía. Les introdujeron al mundo de las drogas. Otras madres comenzaron a
preocuparse por otros hijos y a orillarlos a buscar más y más de Brenda y Rita
y de sus experiencias libertinas. Lo que inició como un dúo acabó en grupo.
Vivieron momentos increíblemente felices
bajo el influjo de los alucinógenos. También, momentos terribles, llenos de
angustia y miedo. Experimentar era toda su meta en la vida. Se juraron que no
habría droga nueva que no probasen y con esa filosofía profesaron y esparcieron
su ideología a muchos jóvenes de la universidad.
La mayoría de ellos terminó los estudios lo
mismo que cualquier estudiante promedio que no consumiera. Sin embargo, Brenda
no quiso terminar. Rita sí, se graduó en contabilidad y poco a poco se alejó de
su gran amiga Brenda. Aquí comienza la historia que quiero contar.
Brenda y Rita tomaron caminos diferentes a
mediados de los estudios superiores. Rita siempre fue más influenciable por su
madre que Brenda. Los sermones que recibía cada semana, o cada que se dejaba,
surgieron efecto gradualmente hasta convencerla que consumir sustancias no la
llevaría por buen camino. Ejemplos había de sobra. Su madre y el médico Suárez
siempre tenían a la mano panfletos y literatura en contra de las drogas. Lo que
no sabían, par de ignorantes, es que aquellos panfletos hacían referencia a las
verdaderas drogas, las que realmente crean adicción física y dependencia total,
como son los derivados del opio, opiáceos, como la morfina, la heroína, la
codeína, la tebaína, etc., y no a las sustancias alucinógenas, estimulantes o
depresoras. Se confundían de infierno. Las sustancias que consumía su hija Rita
y Brenda eran modas pasajeras de adolescentes sin amor, descuidados o aventureros.
Un juego de niños, a decir verdad. Nada que no pudiesen dejar en el momento que
verdaderamente se lo propusiesen; como lo hizo, verdaderamente, Rita tras creer
todas las satánicas mentiras de su madre y el médico sobre el futuro fatídico
que le esperaba si continuaba en malos pasos y malas compañías.
Trastornaron el cerebro de Rita. La
convirtieron. Ganaron la guerra en contra de la libertad y la experimentación.
Creyó firmemente toda la mierda sobre ser alguien en la vida, ser tomada en
serio por hombres, forjar un futuro laboral, ser un individuo productivo de la
sociedad. Vaya si todo eso no es más dañino que consumir cocaína o LSD. Vaya si
eso no te vuelve más un autómata, un idiota, un ser despreciable que no vale
nada más que el dinero que ingresa cada mes, como un suministro de droga, sin
sentido, sin vida, sin pasiones ni pensamientos propios, sin convicciones, sin
amor, sin piedad, sin escrúpulos, sin nada excepto reputación y papel moneda.
Brenda no se tragó el cuento. Continuó
siendo ella misma, o en la búsqueda de ella misma, que ya es mucho más que
dejarse atrapar por la sociedad lacerante que carcome el alma desde dentro, y
no dejó las drogas; dejó los estudios porque no satisficieron sus necesidades
existenciales, individuales y personales. Esto, claro está, fue el acabose de
Rita. Si continuaba por el camino de Brenda, no sería alguien en la vida. Su
madre tenía razón. Rita habló con Brenda, le rogó que recapacitara, dijo que
juntas podían vencer su adicción. No hay adicción que vencer, se defendió
Brenda, me drogo porque me da la gana. Tenía razón, sin importar las opiniones
de su madre, del médico o de Rita. Rita no lo miraba así, ella misma se propusovencer su adicción. La venció ipso facto porque su adicción era mental. No
tuvo que hacer otra cosa que dejar de consumir para dejar de consumir. Su madre
y Suárez se vanagloriaron de todos sus esfuerzos y logros. Juraban que sacarla
de las drogas les costó años y años de arduo trabajo y dijeron que no había
imposibles para Dios. Malditos pelmazos ignorantes.
Las cosas para Brenda fueron muy
diferentes. Dejó la universidad y huyó de casa. Huyó con un chico con el que
solía acostarse y que también consumía cocaína y LSD. Huyeron al Estado de
Oaxaca, a un lugar paradisíaco llamado Huatulco. Su madre lloró. Perdió a su
hija porque no supo comprender las necesidades de una adolescente y no supo
comunicarse con su hija ni entender que sus acciones eran sanas, predecibles,
naturales y pasajeras. Maldijo a Dios por arrebatarle a la carne de su carne y
no se dio de golpes en la espalda con un látigo de nueve colas porque vivía en
el siglo XXI. Envidió la surte de la madre de Rita y hubiese hecho cualquier
cosa con tal de intercambiar suertes, así de noble y buena era su devota alma
pordiosera. Rita terminó la universidad y cogió un empleo en una empresa de
renombre.
2
En Huatulco, Brenda se instaló con su amante en casa de un grupo de amigos
que pagaban alquiler a partes. Se dedicó a una vida de contemplación y
experimentación. Todos los chicos que vivían con ella llegaron allí más o menos
por las mismas razones que ella y su amante, es decir, porque no soportaban sus
vidas de imbecilidad dentro de la sociedad citadina, ni soportaban a sus madres
con Jesusees en las bocas, rogando que Dios sacara a sus hijos del vicio. Las
únicas enviciadas eran ellas, con Dios, con la reputación y la apariencia.
En aquella vida, Brenda pudo aprender mucho
más que en cualquier universidad o carrera contable. Los jóvenes no eran, como
sus madres creían, idiotas descerebrados, zombis de la droga. La mayoría de
ellos leía y se dedicaba a algún tipo de actividad artística como la música, la
literatura, la danza, el teatro, etc. Aquella casa era un foco de conocimiento
e intercambio de ideas. Brenda leyó más libros en un año de permanecer allí que
en toda su vida. Aprendió a pescar, a reconocer ciertas plantas y sus
utilidades, a bajar fruta de los árboles, a convivir con todo tipo de
nacionalidades, a apreciar la lluvia o el sol, los hábitos y costumbres de
diversa fauna, la cultura de brujos y nativos, y un sinfín de cosas imprácticas
en la vida en sociedad, pero enriquecedoras del alma y el espíritu. En la
sociedad sólo se aprende a lamer botas, a que te laman las botas, y a ganar
dinero.
A esta vida, la madre de Brenda la llamaba
vida de perdición. Su hija adorada se perdía en la boca del lobo, en la punta
de de una aguja de heroína (su madre ni siquiera sabía lo que es la heroína,
pero lo había escuchado decir a alguno y juraba que su pobre hija se picaba las
venas).
La comunicación entre madre e hija inició
con una llamada telefónica de parte de la hija después de tres meses de
ausencia. Madre rogó porque volviera, pero a cada ruego desesperado alejaba la
idea de volver de la cabeza de Brenda: su madre continuaba siendo la ciega
oveja de Dios que siempre fue. Definitivamente no podía volver con ella. Menos
ahora que había leído a Nietzsche, a Schopenhauer, a Wittgenstein, a Espinoza.
Su madre jamás comprendería. Sería como volver con un gusano siendo mariposa.
En sus conversaciones con madre sentíase como hablando con un niño de dos años
que lo único que sabe decir es gracias a Dios, bendito sea Dios, por amor a
Dios, Dios mediante, primero Dios, si Dios quiere, sea la voluntad de Dios, a
Dios gracias, Dios te cuide, ve con Dios, ruega a Dios, pide a Dios,
encomiéndate a Dios, busca a Dios. No sentía compasión por su madre porque su
preocupación era absurda y aberrante. Estaba viva, estaba bien, era feliz, ¿qué
más quería de Dios para su hija aquella madre? No descansaría hasta verla
enganchada al sistema escolar y laboral. Le deseaba un mal tan grande como un
trabajo asalariado, digno y constante hasta la jubilación. Pobre madre, pobre
madre ignorante, analfabeta, inculta y denigrante, arrastrándose ante un dios
imaginario, condenando su alma a la esclavitud de una idea pasada y castrante
de voluntad. Brenda y su madre jamás se entenderían, aunque volviesen a nacer.
La peor parte de las conversaciones, la que
no podía soportar Brenda, era cuando Madre soltaba cosas sobre la vida de ex
amiga Rita, comparándola, engatusándola con sus mediocres logros laborales.
¡Rita compró un coche!, decía, ¡a Rita le dieron el seguro!, ¡Rita está por
casarse!, ¡Rita pronto obtendrá un crédito hipotecario! Brenda colgaba el
teléfono inmediatamente. Madre se lamentaba por ser tan cruel. En su fuero
interno se consideraba cruel al contar a Brenda, la pobre y perdida Brenda, la
incapaz Brenda, las victorias de Rita. A pesar de ser tan noble, era cruel,
según su propio entendimiento, y continuaba siéndolo a pesar de saberlo, o
creerlo. Brenda maldecía la hora en que el cerebro de su madre se llenó de
tanta mierda. Su madre, Rita, la madre de Rita y cualquier otro que la juzgase,
podían irse al carajo. Ni siquiera lo sabían, pero hace más de año y medio que
Brenda no se drogaba. Lo había dejado por convicción en el momento que tenía
que dejarlo, y no se arrepentía de ello, no sufrió por ello. Vivía en el
paraíso de su libertad y libre albedrío.
3
En la ciudad, Rita había cogido un empleo en un despacho de contabilidad.
Todos los días desayunaba cereal y leche, cogía las llaves de su coche último
modelo, del que sólo había pagado el diez por ciento y aceleraba hasta
estamparse con el tráfico de Insurgentes, para llegar una hora después a un
sitio al que podía llegar en veinte minutos caminando. Una vez allí, se metía a
un cubículo, al que llamaba oficina, a sentarse diez o doce horas. A veces
llevaba trabajo a casa. Ganaba quince mil pesos al mes y creía que era
afortunada, rica y guapa. No sospechaba que años más tarde, aquel trabajo
sedentario la convertiría en una persona inculta, estúpida, vacía, gorda y con
hemorroides. Que aquel trabajo de ensueño la esclavizaría y la consumiría hasta
la vejez, como un Diablo chupa un cigarro y tira la colilla y la aplasta con su
pezuña. La jubilación, la luz al final de túnel, quedaba cada vez más lejos
gracias a nuevas leyes que extendían los años de vida laboral del ser humano. Su matrimonio engendraría crías horribles
que seguirían exactamente el mismo camino que ella y su madre y su abuela y
todos en aquella familia mediocre y pobre de inteligencia. Luego de eso,
terminaría, se divorciaría y no se volvería a casar ni tendría más hijos que
los que ya le salieron sin querer. Sería madre soltera y apaciguaría la
juventud de sus hijos con videojuegos. Crecerían carentes de amor y de tiempo
de calidad; enajenados, enganchados a la maldita sociedad sólo para crecer y
estudiar y trabajar y engendrar y morir en un círculo sin fin ni sentido. Todos
ellos creerían en Dios porque Rita les contaría que Dios la sacó de las drogas,
gracias a Dios, un buen día, antes de convertirse en una hippie despreciable
como lo hizo su amiga Brenda, a la que le desea lo mejor, Dios mediante, en
donde sea que se encuentre, y que muera en paz y viva en paz, gracias a Dios.
Me ha encantado
ResponderEliminarUna madre que se preocupa y se desvive por su hijo no es ignorante y mediocre, como tú la llamas, sino el ser más maravilloso de la tierra.
ResponderEliminarPor otra parte los que se drogan no siempre tienen una historia como esa.
Verás tengo un primo, un gran chico que comenzó con alucinogenos, porque todos comienza con eso. Pero ahora ya metido hasta el fondo con otras drogas. Cuando está angustiado, si te ve en la calle no dudaría en clavarte un puñal para arebatarte unas monedas para seguir drogandose.
Las drogas no son amigos de los jovenes, Veronica. Las drogas se apoderan de ti y te llevan a un infierno en el cual vas ha arrastrar a tu familia.
Me preguntó si cuandos tengas hijos. Les daras drogas, ya que son tan buenas desde tu perspectiva, así podrán ampliar su mente y salir de la tiranía de la rutina.
ResponderEliminarMe preguntó si desearas que sigan los pasos de Brenda, si querras que abandonen sus estudios para vivir con drogadictos, después de todo según tú, no sirve de nada estudiar.
Mi querido "Anónimo" ¿por qué confundes el discurso de un texto literario con las convicciones y opiniones personales de un autor? El texto no es autor. Por otro lado, no notas la ironía, la crítica que subyace sobre las ideologías, la sociedad y la paternidad. Por último, cuando escribes como anónimo pierdes credibilidad, si quieres que te tomen enserio, empieza por ahí.
EliminarMALDITOS PELMAZOS IGNORANTES. Esta es una de las calificaciones que le da la autora a la madre de Brenda y al médico que intentaban sacar a la muchacha de las drogas.
EliminarTodo el texto está lleno de opiniones personales de la autora. Pareciera que no leíste el texto o tienes poco entendimiento. Escribo como anonimo por cuestiones tecnicas de la laptop que estoy usando, y no porque intenté ocultar mi identidad.
Querida, estas alentando a los menores a hacer drogas??? Sabes que lo que estas haciendo es un crimen y puedes ser enjuiciada por ellos??? Creo que necesitas ser tu la que te informes, no las madres "ignorantes" como las llamas? No solamente necesitas informacion, sino tambien una buena denuncia...
ResponderEliminarRespetable señora, ¿en qué parte vió el nombre explícito de la autora dando declaraciones personales? El texto no intenta influenciar a consumir drogas, al contrario hace toda una desmitificación del hecho y algunas cosas no son literales son irónicas. Ella se queja de las creencias ciegas que muchos padres siguieron con la campañas antidrogas iniciada en la década de 1990, ese es un fondo que toca.Es tiempo de que una sociedad entienda claramente los discursos en el arte y no intente tergiversarlos porque eso, eso si sigue siendo ignorancia y te lo puedo probar. Por cierto, quizá merezca más la denuncia tu sentido de puntuación.
EliminarGracias y salud!
ResponderEliminarNo han entendido nada, esta mujer habla de la libertad de decidir y del criterio propio frente a las ataduras del sistema. No fimenta la droga. Nunca dice que sea buena o que la vida de brenda sea mejor!!
ResponderEliminarA Jose:
ResponderEliminarNo creo que un adolescente de 14 años sea muy criterioso. Me preguntó José si algún familiar tuyo de esa edad, te dijera: He decido consumir drogas.
Acaso le responderias: Está bien eres libre de decidir. No tienes porque seguir el sistema.
Aquí no hablamos del sistema, sino de que se equivovó la autora al abordar este tema. Debió guardar sus opiniones personales y no llamar
"PELMAZOS IGNORANTES" a aquellos que luchan por sacar de las drogas a algún familiar.
Tal vez un adulto, ya formado pueda controlar las drogas, quiza. Pero un adolescente, nunca, las drogas lo controlan a él, yes muy afortunado si logra salir de ellas.
A anonimo:
ResponderEliminarJusto de eso habla el texto. De la creencia que tiene la gente sobre las drogas y de como las hace un infuerno cuando no tiene que serlo. La mayoria de las drogas no son realmnete adictivaa como menciona y puden evitarse si los padres fuesen más abiertos con sus hijos pues ellos mismos lo orillan a cpnsumir por sus papaeles morales y posturas exageradas y falta de cominicacion como se lee en el texto.
Es cierto que debio ser menos dura en sus comentarioa pero no tiene por que si hay libertad de expresion puede decir loq ue quiera igual que los moralinos y los religiosos ofenden a quienes no piensan como ellos.
No creo que se deba fomentar las drogas pero si evitarlas con apertura cariño y comunicacion y no con gritos ap cielo o a dios como creo yo que se hace ver en este texto.
Ademas de la critica social al sistema de estudia y trabaja y jubilate y muere.
Saludos.
José, todos los jovenes comienzan con marihuana, que podría decirse que es inofensiva, después de todo estan solo una planta. Pero luego pasan a otras drogas y he allí el problema.
ResponderEliminarDonde yo vivo, muchos que he conocido comenzaron con marihuana, yo también la probe, pero felizmente no probe otro tipo de droga. Pero muchos de mis amigos luego probaron PBC, que es muy común aca en mi zona. Esta droga contiene en sus insumos: acido, kerosene y petroleo. Ahora varios de mis amigos que cayeron en esta droga estan presos, pues robaron para seguir consumiendo. Un primo querido mío también esta preso, pues se metia a las casas a robar para conseguir dinero para seguir drogandose. Y cuando el comenzó a probar otras drogas,yo pensé que no habia porque alarmarse y que el muy inteligente como era, no iba ha permitir que la droga lo arruinase. No sabes cuanto hemos sufrido al no poder ayudarlo cuando ya estaba metido hasta el fondo en esto. Entonces si son un infierno las drogas y esto debemos decircelo a los jovenes.
Por otra parte, puedes salir de la rutina, siguiendo tus sueños. puedes ser un artista o lo que desees sin necesidad de drogas.
En cuanto a la aprendiz de escritora; debe saber que los cuentos no incluyen opiniones personales tan vehementes, tan solo se narra de manera maestra un historia y sedeja que el lector saque sus inferencias. Donde manifestamos nuestras ideas es en un ensayo. No sabe diferenciar este remedo de escritora entre un ensayo y un cuento.
He sido duro con ella, pues como tú dices: "la libertad de expresión".
Yo estoy de acuerdo con Jose, en la literatura se puede expresar loque se desee y no es necesario escribir conforme a la moral del pueblo, es deber proponer y debatir. No creo que estas opinios sean personales, quiza la autora piensa diferente, no dice yo, la autra, piesno asi. es el narrador, parte del relato NO CUENTO, quien expresa esos pensares. Juzgar al escritor, o escritora en este caso es comod decir que si uno escribe sobre una sesino, es un asesnino, eso una locura!!
ResponderEliminarprecisamente la queja de la autra son esas criticas que hacen gente como la señora de arriba y como aninimo, que son los que se repire como perico todo el tiempo: yo tuev un amigo, etc etc etc y ella propone otra perspectiva, muy valida, desde el otro lado de la moneda. Todos dicen que las drogas son malas, pero los que se drogan tambien tienen voz y una opinion distinta. No todos debemos creer que son malas. si hay alguien que crea que son buenas esta en su derecho a expresarlo tanto como todos los demas comienzan a lanzar piedras sin detenrse a pensar
atentamente Lusi Cordoba
Los que no comprenden el texto son ustedes. La autora dice claramente como opinión personal, y no como opinión de un personaje. Esto es lo que dice: MALDITOS PELMAZOS IGNORANTES, refiriendose al médico y a la madre que intenta sacar a su hija de las drogas.
EliminarOtro opinión de la autora: LAS ÚNICAS ENVICIADAS ERAN ELLAS, CON DIOS, CON LA REPUTACIÓN Y LAS APARIENCIAS. Esto no lo dice ningún personaje, sino la autora, como conclusión propia de ella.
Otra opinión de la autora: RITA TRAS CREER TODAS LAS SATÁNICAS MENTIRAS DE SU MADRE, esto también lo dice como opinión personal. Porque un escritor imparcial hubiera escrito algo así: RITA SE DEJÓ CONVENCER POR LOS ARGUMENTOS DE SU MADRE. En cambio ella califica aquellos argumentos como mentiras satánicas, no es eso una opinión personal.
No sé que texto leíste, para no advertir las opiniones personales de la autora vehementemente manifestadas.
A mí me encantó el texto!!!! No me importa si está bien o mal lo disfruto como lo que es literatura!!
ResponderEliminarBueno son opiniones personales. Porque a mi me pareció que está bien lejos de ser una obra literaria. No despertó en mí ninguna emoción estética al leerlo. Tampoco me conmovió el contenido, en conclusión una narración bastante pobre a mí parecer.
EliminarMuy buen texto. Se adentra en la moralidad acarreada, cuestiona la validez de las ideologías que prevalecen y critica la ignorancia paternal. La idea de que el drogadicto es una creación de la sociedad que parte de la exageración, es magnífica e interesante. Otra idea, la de que los consumidores moderados pueden dejar las drogas si les apetece, es verosímil. Hagamos crítica propiamnete del texto y no polémicas en torno al tema de la drogacción. Objetividad señores.
ResponderEliminarPues yo critiqué el texto y manifesté que a la autora le falta habilidad, pues debió poner aquellos comentarios polemicos donde ella ofende duramente a los que luchaban por sacar del vicio a sus hijos. Debió colocar aquello en un diálogo entre personajes, pues en los cuentos no van opiniones personales del autor, las opiniones personales argumentadas van en los ensayos. Pero ya dije le falta mucho a la autora del texto.
EliminarUffff leí el texto y los comments y creo que jose rebeca y joselin tienen razon. Hay que juzgar al texro y no a la autora y si es bueno o malo drogarse a los 14 años. Nos guste o no es algo que está pasando y ha pasado desde siemrpe. Coincido en lo interedante de ese drogadicto o seudodrogadicto creado por una sociedad que ignora y prejuzga y tacha antes de informarse y de preguntarse el por qué
ResponderEliminarLas mismas madres que juzgan y se preguntan cómo su hija puedo hacerlo son las mismas que orillan a sus hijas por un inadecuado acercamiento a la adolescencia que deriva de una ignorancia no solo de las drogas sino de psicología de cultura de comunicación porque toda su cultura es la televisión y lo medios noticiosos que exageran y crean mitos.
Bueno es mi opinión. Y no creo que que en pleno siglo xxi se deba crucuficar a una escritora por escribir lo que piensa o lo qie imagina. Tiene derecho a proponer y expresarse. Gracias este tipo de ideas pude descubrirse despues que tenía razón y nosotros misnos hemos creado la falsa drogadiccion. Por ejemplo ya sé . legalizó la marihuana en uruguya. Qué dirian las madres de este texto si hubiesen vivido en uruguay en 2014 ??? Quizá asi se quite la.idea de la prohibición y no se vuelva malo algo que hicimos malo nosotros mismos
Yo estoy juzgando el texto. No es una buena narración, no hay diálogos, ni descripciones maestras. No se siente una emoción estética al lerlo, es muy pobre. Tan solo he notado una carga muy fuerte de las opiniones personales de la autora.
EliminarCuál de todos los anónimos eres? Un texto no debe tenwr diálogos para ser bueno. Es lo más tonto que he leído. Ni descripciones maestras. Eso lo juzga el tiempo en todo caso. Me parece que la opinión es muy pobre. Todos se creen críticos. Yo no digo que el texto sea maravilloso pero coincido en que propone. Es todo.
EliminarBueno si un texto no tiene diálogos, ni descripciones maestras, y en su contenido aborda la presión y la hipocrecía de la sociedad (algo que todo el mundo sabe). Entonces donde está la emoción al leerlo. Veras el tema puede ser como este, aunque bastante manoseado ya sobre la tiranía de la sociedad, algo que en parte es cierto. Pero debe haber belleza en la descripción, y cuando digo belleza, hablo deestética, es decir puede narrar un hecho aberrante, pero debe hacerlo magistralmente, solo así sera un buen texto. Por eso digo que este texto está bien lejos deser literario.
EliminarBueno entonces escribe tú un texto y ya. Si no tienes algo bueno que decir no digas nada. Tus comentarios no aportan nada ni cambian nada. Haz tu texto y exponlo. No puedes ni poner tu nombre en estos comentarios pero te atreves a comentar como si fueras autoridad de algo. En fin. Al que le gustó le gustó y al que no ni modo, no? Como todo. Jajaja y
EliminarMe gustó bastante, la prohibición es lo que le da sabor a la vida, así que madres y padres, prohibir es incitar, aprendan a convivir, a platicar, que al fin creo que sería una buena moraleja para el texto.
ResponderEliminarJAJAJA...TANTO ESCANDALO POR UN TEXTO DE UNA ZORRA QUE ESCRIBE PENDEJADAS Y SE CREE ESCRITORA JEJE...
ResponderEliminarSEAN HONESTOS HOMBRES, NO LES GUSTA COMO ESCRIBE, SOLO LA QUIEREN FOLLAR JEJE, PORQUE HE VISTO SU FACE Y ESTÁ BUENA LA PENDEJA. ESTO LO DIGO COMO ANÓNIMO, PERO CON MI NOMBRE LE DIRÉ QUE ESTA BUENO SU TEXTO,,JEJE, QUIEN SABE TAL VEZ LA CONOSCA ALGÚN DÍA, NO ES BUENO GANARSE LA ANTIPATÍA DE UNA TÍA QUE ESTÁ FOLLABLE, JEJE
Ahora van a juzgar hasta el aspecto físico de la autora. De verdad que estan perdidos.
ResponderEliminarEl texto es bueno. No es virginia woolf pero es mas de lo que hacen todos los que critican.
Este texto ha dado mucho de que hablar. Solo saco mis conclusiones:
ResponderEliminar1. no hay opiniones personales. Es litertura. No puede juzgarse tan fuertemente. Creer que el narrador es el autor es una tontería.
2. El texto es malo si ustedes quieren, pero no creo que se pueda pedir mucho de una escritora joven. al contrario, yo aplaudo su esfuerzo y sus ganas de escribir. esta haciendo camino.
3. la perspectiva malevola del texto nos abre una puerta hace mucho tiempo cerrada, estoy seguro que mas de uno ha pensado cosas socialmente inaceptadas, pero muy pocos tienen el valor de confesarlo, y no digamos ya, escribir sobre ello.
4. la estructura me parece buena, el final, estuèndo porque cuestiona el sueño de estudiar y tener un empleo, como una de las mas grandes mentiras de esta sociedad. mas vale ser libre que vivir esclavizado a un trabajo.
5. el aspecto fisico de la autora no tiene nada que ver. yo no la conozco, pero si esta guapa es punto y a parta. Si estuviera fea la criticarian por eso, y si es guapa la critican por guapa. creo que hace falta mas comentarios maduros en vez de tanto lavadero.
"De la piel para dentro comienza mi exclusiva juridicción". Escohotado
ResponderEliminarMe alegra leer que la mayoría de los comentarios son de personas con valores. Si la autora no desea hacer apología de las drogas, porqué escribe con tanta liviandad sobre el consumo de drogas en adolescentes? Es evidente que quiere llamar la atención con un mensaje que no contribuye en nada a la sociedad, y lo logra, porque siendo la calidad del escrito tan mala, con un texto tan insípido y aburrido, si no hubiera tocado un tema actual, "en boga" en este momento político, nadie se hubiera tomado el trabajo de leerlo completo y criticarlo.
ResponderEliminarNo habra modo de que lo entiendan. Lo llaman aburrido por que no es como ustedes quieren que sea porque sólo han leído a escritores populares.
ResponderEliminarEl final es muy bueno. Refleja la estupidez de la gente que cree en dios. La niña buena que creyó en dios transmitirá esa ignorancia a su hijo y así ws como ha sucedido hasta llegar a ustedes que no pieden concebir un punto de vista diferente sin juzgar y tachar y atacar inmediatamente. Ni hablar.
Por que no le preguntan a la autora directamente que pienda de au texto o cual fue si motivación?
ResponderEliminar"Si no dices lo que piensas, "que sentido tiene escribir?" Jack Kerouac. Bien por Pinciotti. Mal por los moralistas o críticos de poca monta. No es la mejor escritora del mundo, pero ustedes no son los mejores lectores ni los mejores críticos. No digamos ya mejores escrotores que alguien que escribe sin tapujos lo que piensa.
ResponderEliminarEs ahí cuando la información tiene un poder grande, luchemos contra la ignorancia.
ResponderEliminarbuenísimo, yo conozco tanta gente así que andan opr la vida como parásitos de la sociedad, o cómo mejor dicho la sociedad la ve, pero son excelentes personas
ResponderEliminarComo ya te había dicho, para mi es excelente......obvio nos pegas a todos, por eso tantas reacciones, más q el asunto de las drogas es la doble moral, creo q nadie debería decir nada sobre drogas si no las ha probado....y el asunto de esta sociedad de consumo q nos vende un sueño, q nos ofrece ser empleados mejores, seres excelentes.....siempre nos dolerá q nos critiquen, pero así es,,,,,eso somos la gran mayoría, un engranaje....y como siempre, todos se sienten diferentes...jajaja......de 10!!!
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