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Ella quería que dejara de beber. Ya, dije, dejaré de beber pero no entiendo el porqué.
Dejé de beber. El sábado lo pasé con ella y no bebí. Estábamos sentados en el sofá y le dije: no veo la diferencia; lo mismo da si bebo o no, de todos modos mañana me levantaré tarde, no tengo obligaciones y lo mismo da, pásame el whisky. Pero ella decía que no, que no, que no.
Hicimos el amor pero no fue lo mismo. No me sentía tan animado. Luego dormimos como ostras y al despertar no tenía jaqueca. Fue bastante aburrido. Si el precio por la diversión es la jaqueca… pagaré la jaqueca, dije. No pienso volver a dejar el vicio. No lo has dejado, dijo ella. Y quizá nunca lo hagas. Cómo quieras, dije, y me empiné un vaso con escocés y hielos. Salió de casa cabreada y yo pensé, ya, se le pasará… Algún día dejaré el whisky y estará contenta.
Petrozza, M. Marzo 2010.
HOLA MARTIN, COMO VA TU NOVELA DE CUBA?? HAS TERMINADO YA???
ResponderEliminarSALUDOS,
MELINA
Hola. Sí, he terminado ya. Ahora espero a los editores. Cambió mucho de como la comencé pero en esencia es lo mismo. Gracias. saludos a ti también.
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